viernes, 8 de julio de 2016

Escabeche de pollo


Esta receta es fruto total de la improvisación pero... es lo bueno que tiene el escabeche. Resulta que cuando fui a hacerla, no encontré donde la tenía apuntada y tuve que tirar de memoria (que es prácticamente como la de un pez) y de improvisación. Aquí puse dos pechugas pero se conserva muy bien así que mientras quepan en la cazuela y estén bien cubiertas de aceite, podéis hacer más que ya que te pones... Para mi es el complemento ideal para una ensalada pero seguro que a estas pechugas escabechadas les encuentras mil sitios donde quedar de cine!

Ingredientes:
  • 2 pechugas de pollo
  • 1 puerro
  • 1 cebolla
  • 3 ajos
  • 1 naranja
  • 1 trozo de jengibre del tamaño de una nuez
  • 1 hoja de laurel
  • 8 granos de pimienta
  • 4 clavos
  • 4 vainas de cardamomo
  • 100 milílitros de vino blanco
  • 250 milílitros de vinagre
  • 500 milílitros de aceite

Preparación:

Primero cogemos las pechugas enteras y las limpiamos bien de toda la grasa que pudieran llevar. Las salamos abundantemente y las reservamos.

En un cazuela ponemos la cebolla y el puerro cortados de forma gruesa. Chafamos un poco los ajos con el cuchillo plano, los pelamos y los añadimos a la cazuela. Cogemos la naranja y sacamos unas cuatro tiras de piel, intentando quitar al máximo la parte blanca. Lo añadimos también, al igual que el jengibre que habremos pelado y cortado en bastones. Solo quedará añadir los clavos y la pimienta entera y las semillas de cardamomo molidas en un mortero (abrimos las vainas y nos quedamos solo con las semillas de dentro).

Sobre este fondo de verduras y especias, disponemos las pechugas y regamos con el vino blanco. Añadimos también el vinagre y el aceite, teniendo que cubrir por completo a las pechugas. Si hiciera falta algo más de líquido para que cubra, solo tenemos que echar más vinagre y aceite respetando la proporción que hemos utilizado (el doble de aceite que de vinagre).

Por último, llevamos a fuego suave la cazuela y cuando comience a hervir tapamos y contamos 30 minutos. Una vez que pase este tiempo, reposamos hasta que enfríe y después sacamos las pechugas y las cortamos en rodajas de un centímetro de grosor. Ya para finalizar, ponemos parte del escabeche en un recipiente que podamos cerrar de forma hermética, las rodajas de pechuga luego y el resto del escabeche encima para dejarlo unas 48 horas en la nevera para que coja bien todos los sabores. Yo siempre suelo quitar la naranja y el jengibre al conservarlo porque aporta demasiado sabor pero eso ya, a gustos.

Para consumirlo, podemos deshacer en tiras con los dedos estas rodajas para ponerlas sobre lechuga (como en la foto de debajo), cortarlo en dados para una ensalada de arroz o pasta, meterlo entre dos rebanadas de pan como parte de un bocadillo... Te animas a hacerlo? Cuéntame cómo te lo has comido!


Por cierto, ni se te ocurra tirar el escabeche una vez acabado el pollo... como vinagreta no tiene precio!

jueves, 7 de julio de 2016

Helado de fresa


Quizá sea ya un pelín tarde para publicar este helado pero... reconozco que es uno de mis preferidos con diferencia. Además este año tuve la gran suerte de prepararlo con las últimas fresas del huerto por lo que el sabor subió muuuuchos enteros. Si aún tenéis acceso a fresas, hacedlo porque no os defraudará.

Ingredientes:
  • 500 gramos de fresas
  • 225 milílitros de nata para montar
  • 200 milílitros de leche entera
  • 1 limón
  • 100 gramos de azúcar
  • 30 gramos de azúcar invertido

Preparación:

En primer lugar limpiamos bien las fresas y las troceamos en una bandeja. Añadimos el azúcar y las dejamos reposar durante una hora u hora y media para que suelten bien los jugos.

Pasado ese tiempo las ponemos en el vaso de la batidora junto con la leche, el azúcar invertido y unas gotas de limón. Lo trituramos todo bien y si queremos que se quede muy fino pasamos toda la mezcla por un colador chino. Yo no suelo hacerlo porque me gusta que salgan las pepitas de las fresas pero va a gustos. Por otra parte se monta la nata bien compacta y se añade a la mezcla con movimientos envolventes, despacio para que no se baje.

Ahora solo nos queda hacer el helado. Yo lo pongo en la heladera unos 25 minutos o hasta que ya se vea cremoso pero si no tenéis la heladera se puede hacer de manera manual. Para ello tendréis que poner la mezcla en el congelador en un recipiente con tapa, preferiblemente metálico, y cada media hora durante unas tres horas tendréis que sacarlo y batirlo con una espátula para romper los cristales de hielo.