Esta receta es fruto total de la improvisación pero... es lo bueno que tiene el escabeche. Resulta que cuando fui a hacerla, no encontré donde la tenía apuntada y tuve que tirar de memoria (que es prácticamente como la de un pez) y de improvisación. Aquí puse dos pechugas pero se conserva muy bien así que mientras quepan en la cazuela y estén bien cubiertas de aceite, podéis hacer más que ya que te pones... Para mi es el complemento ideal para una ensalada pero seguro que a estas pechugas escabechadas les encuentras mil sitios donde quedar de cine!
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo
- 1 puerro
- 1 cebolla
- 3 ajos
- 1 naranja
- 1 trozo de jengibre del tamaño de una nuez
- 1 hoja de laurel
- 8 granos de pimienta
- 4 clavos
- 4 vainas de cardamomo
- 100 milílitros de vino blanco
- 250 milílitros de vinagre
- 500 milílitros de aceite
Preparación:
Primero cogemos las pechugas enteras y las limpiamos bien de toda la grasa que pudieran llevar. Las salamos abundantemente y las reservamos.
En un cazuela ponemos la cebolla y el puerro cortados de forma gruesa. Chafamos un poco los ajos con el cuchillo plano, los pelamos y los añadimos a la cazuela. Cogemos la naranja y sacamos unas cuatro tiras de piel, intentando quitar al máximo la parte blanca. Lo añadimos también, al igual que el jengibre que habremos pelado y cortado en bastones. Solo quedará añadir los clavos y la pimienta entera y las semillas de cardamomo molidas en un mortero (abrimos las vainas y nos quedamos solo con las semillas de dentro).
Sobre este fondo de verduras y especias, disponemos las pechugas y regamos con el vino blanco. Añadimos también el vinagre y el aceite, teniendo que cubrir por completo a las pechugas. Si hiciera falta algo más de líquido para que cubra, solo tenemos que echar más vinagre y aceite respetando la proporción que hemos utilizado (el doble de aceite que de vinagre).
Por último, llevamos a fuego suave la cazuela y cuando comience a hervir tapamos y contamos 30 minutos. Una vez que pase este tiempo, reposamos hasta que enfríe y después sacamos las pechugas y las cortamos en rodajas de un centímetro de grosor. Ya para finalizar, ponemos parte del escabeche en un recipiente que podamos cerrar de forma hermética, las rodajas de pechuga luego y el resto del escabeche encima para dejarlo unas 48 horas en la nevera para que coja bien todos los sabores. Yo siempre suelo quitar la naranja y el jengibre al conservarlo porque aporta demasiado sabor pero eso ya, a gustos.
Para consumirlo, podemos deshacer en tiras con los dedos estas rodajas para ponerlas sobre lechuga (como en la foto de debajo), cortarlo en dados para una ensalada de arroz o pasta, meterlo entre dos rebanadas de pan como parte de un bocadillo... Te animas a hacerlo? Cuéntame cómo te lo has comido!
Por cierto, ni se te ocurra tirar el escabeche una vez acabado el pollo... como vinagreta no tiene precio!
Tomo nota de tu escabeche, y cuanta razón con la improvisación, si es que salen recetas buenísimas, con lo que lleva de cine!
ResponderEliminarHe descubierto que los toques cítricos con las aves y el escabeche... combinación segura!!
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