sábado, 24 de marzo de 2012

Fresamisú



En todo un alarde de imaginación iba a llamar a este postre “tiramisú de fresa” pero bien se vale de Arantxa ya que se le ocurrió lo de Fresamisú y mira, bastante más llamativo y original. Salvando el nombre, la receta es una adaptación de la receta original de tiramisú, postre clásico y versionado donde los haya, en la que hemos sustituido el café y el cacao por fresas en diferentes texturas. Además me hace mogollón de ilusión ya que con ella voy a participar en el I Concurso de recetas para blogueros "Fresas de Europa" que organiza la web www.fresasdeeuropa.com

Ingredientes:
  • 250 gramos de queso Mascarpone
  • 250 milílitros de nata para montar
  • 3 huevos
  • 100 gramos de azúcar
  • 12 bizcochos de soletilla sin gluten (o bizcocho genovés cortado a medida)
  • Un chorrito de zumo de limón
  • 500 gramos de fresas (para el polvo de fresa)
  • 500 gramos de fresas + cuatro cucharadas de azúcar (para el almíbar o mermelada)
  • 500 gramos de fresas + cuatro cucharadas de azúcar

Preparación:

En primer lugar vamos a coger 500 gramos de fresas y vamos a hacerlos polvo. Para ello limpiamos muy bien las fresas y las cortamos en láminas bastante finas. Una vez cortadas disponemos en un papel de horno todas las láminas extendidas y las colocamos a horno muy bajo (a unos 85º). De vez en cuando abrimos la puerta para elimina el exceso de calor y humedad. Pasadas varias horas (el tiempo depende de lo finas que hayamos hecho las láminas pero con tres debería ser suficiente) las fresas se habrán desecado y las podremos reducir a polvo con un molinillo de café. A mitad del proceso es recomendable darles la vuelta para facilitar el deshidratado.

Con otros 500 gramos de fresa vamos a filetearlas. Para ello las limpiamos y las vamos poniendo en un cuenco cortadas. Una vez estén todas cortadas añadimos las cucharadas de azúcar y las dejamos macerar en la nevera un par de horas.

Con los últimos 500 gramos de fresas las metemos en el baso de la batidora junto con el azúcar y trituramos toscamente sin que llegue a ser un puré, ponemos el azúcar y lo dejamos macerar también dos horas. Pasado ese tiempo, metemos la mezcla en un cazo (podemos aprovechar también el jugo que hayan soltado las fresas fileteadas) y lo llevamos a fuego medio durante unos diez minutos. Trituramos con una batidora y enfriamos. La textura que tiene que quedar es entre un almíbar y una mermelada, algo más o menos ligero que pueda empapar luego los bizcochos.

Ahora haremos propiamente la mezcla del tiramisú y para ello echamos la mitad del azúcar en la nata y la montamos hasta que quede muy compacta. Quedará bastante mejor si el recipiente en el que lo hacemos es metálico y está frío. Si además el azúcar lo molemos con un molinillo mejor aunque es opcional.

Separamos las yemas de las claras y montamos éstas últimas a punto de nieve junto con el chorrito de limón. Reservamos.

En un recipiente ponemos las yemas de los huevos y las mezclamos con el azúcar restante y el queso con una espátula, teniendo cuidado de no hacerlo demasiado rápido para no aportar nada de calor a la mezcla. Cuando todo esté bien integrado añadimos la nata montada y después las claras, mezclando también despacio para que no se bajen las claras. Reservamos toda la mezcla en la nevera.

En la fuente donde vayamos a hacer el tiramisú ponemos en el fondo los bizcochos (dependiendo del tamaño igual sobran) y se empapan con el almíbar de fresa.

Una vez empapados los bizcochos ponemos la mitad de la mezcla de queso, ponemos todas las fresas que teníamos cortadas en filetes y después el resto de la mezcla. Para finalizar, espolvoreamos las fresas que habíamos desecado y triturado y al igual que el tiramisú original, lo dejamos reposar en la nevera de un día para otro.


Otra alternativa a hacerlo en una fuente es en vasos individuales de ración. Para ello podemos cortar los bizcochos con un cortapastas redondo para hacer la base y el resto montarlo de la misma manera.

martes, 20 de marzo de 2012

Labneh con dukkah



No es que haya empezado a darle a teclas sin sentido, el aperitivo de hoy tiene su origen en la cocina de Oriente Medio y de allí este peculiar nombre. El labneh es una especie de queso-yogur elaborado normalmente con leche de oveja y vaca y ocasionalmente de cabra. Como es tarea imposible encontrar labneh original vamos a preparar un sustituto bastante aproximado de una manera muy sencilla. Por su parte, el dukkah no es más que una mezcla de frutos secos y semillas que también incluye varias especias y parece ser que tiene su origen en Egipto. Es un condimento muy versátil dado que admite todo tipo de ingredientes por lo que se puede modificar al gusto de cada uno.

Ingredientes del labneh:
  • 1 litro de yogur natural sin edulcorar

Ingredientes del dukkah:
  • 20 gramos de pipas de girasol peladas
  • 30 gramos de avellanas tostadas
  • 3 gramos de chalota deshidratada
  • 1 gramo de pimienta rosa
  • 2 gramos de cilantro en grano
  • 2 gramos de comino
  • 4 gramos de semillas de sésamo

Preparación:

Primero vamos a elaborar el labneh y para ello se coge un paño de algodón y se vierte en el centro el litro de yogur. Se cierra el paño sobre sus esquinas de manera que quede como un saco y se pone en suspensión con un cuenco debajo. Se deja en reposo en la nevera 24 horas. Esto hará que el suero del yogur se vaya colando por el paño y se vaya quedando una pasta de textura consistente.

Para elaborar el dukkah ponemos en una sartén sin engrasar a fuego lento la pimienta, el cilantro, el comino y las semillas de sésamo (si las avellanas no están tostadas también las pondremos, aunque partidas en trozos más pequeños) hasta que desprendan su aroma. Una vez tostadas las dejamos enfriar dado que si las trituráramos en caliente los aceites que han liberado harían que la mezcla se convirtiese en una pasta por lo que como ha de quedar suelta lo hacemos en frío. De la misma manera al triturarlos tenemos que tener cuidado de no aportar excesivo calor a la mezcla.

Una vez que tenemos los dos ingredientes hechos solo tenemos que coger porciones de labneh, darles forma de bola y rebozarlos con el dukkah.

lunes, 12 de marzo de 2012

Croquetas de mar


Hace días que quería experimentar con algas pero no encontraba. Ahora que las tengo en mis manos he empezado con unas croquetas de pescado y wakame que la verdad me han sorprendido muy gratamente.

Ingredientes:
  • 150 gramos mantequilla
  • 150 gramos de Maizena
  • 1 litro de leche
  • 5 gramos de alga wakame deshidratada
  • 200 gramos de gambas peladas
  • 2 ventrescas de merluza
  • Sal
  • Huevo
  • Corn flakes

Preparación:

Poner la leche en un cazo e introducir las algas durante diez minutos para que se hidraten. Pasado ese tiempo se pone a hervir y cuando comience se introducen las ventrescas. Cuando estén hechas se aparta del fuego y se sacan las ventrescas para desmenuzarlas. La leche y las algas se trituran con una batidora y se mantienen calientes.

En una sartén ponemos la mantequilla a fuego suave para se funda y cuando ya esté agregamos la harina moviendo con unas varillas hasta conseguir una pasta uniforme. Mantenemos unos minutos para cocinar la harina y se añaden las ventrescas desmenuzadas y las gambas que habremos salteado previamente. También echamos la sal teniendo en cuenta que las algas en sí mismas no aportan nada.

Incorporamos a la mezcla la leche con las algas y removemos bien para conseguir la pasta de las croquetas (como la leche la hemos mantenido caliente se hará muy rápido). Ponemos la mezcla en una fuente y esperamos hasta que se enfríe.

Para finalizar, vamos sacando trozos de pasta para darles forma y se pasan por huevo y corn flakes triturados. Se fríen en aceite bien caliente y se pasan a una fuente con papel absorbente para retirar el exceso. En vez de corn flakes se puede utilizar el pan rallado tradicional pero el toque crujiente que le aportan los copos de maíz os sorprenderá.

lunes, 5 de marzo de 2012

Bolitas de queso y tomate


Aquí os dejo la receta de un sencillísimo aperitivo pero a la vez muy vistoso que puede vestir una mesa tranquilamente. Con la idea original se puede utilizar cualquier combinación de sabores para la base del queso y luego formar las bolitas.

Ingredientes:
  • 250 gramos de queso en crema
  • 50 gramos de parmesano
  • 1 cucharada de ajo en polvo
  • 1 cucharada de albahaca
  • 5 gramos de piñones
  • Tomate en polvo
  • Piñones para decorar
  • Canónigos para decorar
  • Tostaditas de pan

Preparación:

Primero tostar los piñones en una sartén sin engrasar para después picarlos a cuchillo. Una vez picados se dejan enfriar.

En un cuenco mezclamos el queso en crema con el parmesano, el ajo, la albahaca y los piñones. Cubrimos con film transparente y dejamos en el frigorífico unas horas (mejor de un día para otro) para que coja cuerpo y se integren bien los sabores.

Una vez endurecido hacemos bolitas del tamaño deseado y las rebozamos con el tomate en polvo. Respecto al tomate en polvo, he leído que se compra ya hecho pero yo personalmente no he sabido encontrarlo y prefiero hacerlo yo para controlar la ausencia de trazas de gluten. Para hacerlo cogí una bandeja de tomates deshidratados (de la marca Trevijano concretamente) y los dejé extendidos un par de días encima del radiador para que se secaran del todo. Una vez secos (que se partan sin problemas con los dedos) se pican con un molinillo y se tamizan con un colador.

Cuando hayamos hecho las bolitas se pone un piñón y una hoja de canónigos para simular un tomate y se coloca encima de una tostada. Si se prefiere en vez de canónigo se puede poner perejil, albahaca, perifollo... o cualquier hoja comestible.