lunes, 7 de marzo de 2016

Tarta de mousse de fresa


Reconozco que si hay una fruta que me encanta es, junto con el melocotón, la fresa. Si no contamos la elaboración del bizcocho de la base, esta tarta no necesita horno para nada y si estamos un poco vaguetes, podemos comprar la base hecha ya o bien sustituirla por una de galletas y mantequilla. Para la decoración de encima he utilizado virutas de chocolate que he hecho en el momento raspando con un cuchillo una tableta de chocolate pero podemos poner cualquier cosa que se nos ocurra. Además, esta tarta es mi segunda opción para el I Concurso de recetas para blogueros "Fresas de Europa" que organiza la web www.fresasdeeuropa.com después de haber participado ya con el fresamisú.

Ingredientes:
  • Una base de bizcocho genovés aromatizado con dos cucharadas de té matcha
  • 150 gramos de chocolate
  • 100 milílitros de nata para montar
  • 500 gramos de fresas
  • 250 gramos de queso mascarpone
  • 200 gramos de azúcar
  • 500 milílitros de nata para montar
  • 9 hojas de gelatina neutra

Preparación:

Para empezar vamos a preparar el molde y la base. Para ello cogemos el molde y lo apoyamos sobre la plancha de bizcocho para que nos sirva de plantilla, recortándolo con un cuchillo. Una vez cogida la forma que queramos la introducimos en el fondo del molde y la presionamos bien con la mano. Después hacemos una ganaché de chocolate con el chocolate y los 100 milílitros de nata. Troceamos primero el chocolate en trozos pequeños y los ponemos en un cuenco. Llevamos la nata a ebullición y justo cuando rompa a hervir la vertemos sobre el chocolate, moviendo con unas varillas hasta que quede una mezcla lisa y uniforme. Aún en caliente, ponemos la ganaché sobre la base de bizcocho, con cuidado de repartirla bien y lo reservamos en la nevera mientras hacemos el resto de la tarta.

Limpiamos y troceamos las fresas y las ponemos junto con el azúcar a macerar durante dos horas. Pasado ese tiempo las pasamos a un cazo y las llevamos a ebullición durante unos diez minutos. Después desespumamos con una cuchara y trituramos todo con la batidora. Aún en caliente, añadimos las hojas de gelatina escurridas que habremos hidratado previamente durante cinco minutos en agua fría. Lo haremos siempre de una en una y removiendo bien antes de añadir la siguiente.

Cuando la mezcla anterior ya esté templada añadimos el mascarpone y removemos hasta que quede una masa homogénea y bien mezclada. Reservamos hasta que se enfríe de todo.

Montamos la nata muy compacta con unas varillas eléctricas y para ello es muy recomendable que tanto la propia nata como el recipiente donde la vamos a montar estén bien fríos. Una vez montada, la añadimos a la mezcla de las fresas y el queso y lo mezclamos todo con movimientos envolventes ayudándonos de una espátula.

Para finalizar, volcamos toda la mezcla dentro del molde desmontable y alisamos toda la superficie con una cuchara o espátula. Llevamos a la nevera hasta que cuaje (mejor una noche entera en la nevera) y la decoramos al gusto. Un truco para desmoldarla sin problemas es pasar un cuchillo afilado entre la tarta y el molde por todo el contorno.

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